Hoy un niño mordió a mi hijo en la espalda y el niño recibió de vuelta un sillaso en la espalda.
Lo que mas valoro es que mi hijo no se siente víctima, sigue queriendo a su amigo como si nada, ademas de que socialmente es muy desenvuelto y se lleva bien con tías y compañeros.
Al niño en cuestión, se le ve algo retraído, tosco en su trato y para nada sociable, no mira a la cara, algo que llama la atención.
Dentro de lo posible soy pro-paz, pero esta situación colmo la paciencia de mi niño y delimito su espacio de la manera mas intuitiva que encontró. Yo lo apoye y reafirme su actuar, por defenderse de una acción injustificada y reiterada.
Cuando le pregunte que había ocurrido me comento que lo habían mordido, le pregunte y tu que hiciste me dijo: "le pegue con una silla", este relato fue contado con mucha tranquilidad de su parte, con la parvularia presente mientras se acerca y abrazaba a su amigo (agresor).
Medidas como familia:
decidimos hablar con los encargados en el jardín, para que tomen medidas con respecto a esta situación, porque definitivamente el niño agresor tiene una conducta que a mi parecer refleja impotencia y frustración, ya que agrede a su mas querido amigo que es mi hijo.
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