Hace un par de días nos juntamos con un grupo de amigos, para comenzar las celebraciones del bicentenario de Chile.
Una de las parejas trajo a su recién nacida, una niña preciosa de 4 meses de vida. La madre orgullosa comentaba su proceso y relación con ella, estaba en esto cuando me pregunto "si yo sentía que mi hijo había ocupado todos los espacios de la casa".
Fue hay que recordé, cuando llego a casa el olor cambio, una mezcla de leche, crema emulsionada y pañal, daba a entender al que entrara, que este era territorio de él (mi hijo). De hecho cuando nos visitaban, muchos nos decían que al entrar, recibían una cachetada olor a guagua (Bb).
Cada rincón de la casa se llenaba de pañales, coche, silla de auto que también servia de moisés, vitaminas y un cuanto hay de artículos para BB.
Cada rincón de la casa se llenaba de pañales, coche, silla de auto que también servia de moisés, vitaminas y un cuanto hay de artículos para BB.
Nuestro dormitorio sufrió un proceso de transformación, ya que instalamos una cunita y un mueble mudador, para que los primeros 6 meses estuviéramos muy atentos a los requerimientos del recién llegado.
El salir ya no fue una cosa cotidiana, cada salia requería de un cargamento de mamaderas, relleno, pañales, cambio de ropa, succionado de leche, chupetes y etc, etc, etc...parecía que nos íbamos de viaje, aunque fuéramos a la esquina llevamos de todo.
El salir ya no fue una cosa cotidiana, cada salia requería de un cargamento de mamaderas, relleno, pañales, cambio de ropa, succionado de leche, chupetes y etc, etc, etc...parecía que nos íbamos de viaje, aunque fuéramos a la esquina llevamos de todo.
Ahora que ya han pasado 15 meses de la llegada de nuestro hijo, el ya ha establecido su propio espacio, su dormitorio con sus juguetes, cuna, mudador, aunque de ves en cuando hay algún objeto revoloteando por ahí, ya no se ve lo de los primeros meses. El, esta más grande, es notorio el cambio, yo lo veo como un niño, de la guagua, cada ves se ve menos. Muy impresionante lo rápido que pasa el tiempo, una miniatura que yo llevaba pegado a mi pecho ahora es un gordito travieso y juguetón, muy cariñoso, con carácter determinante y veces muy mandon, gozador de todas las comidas en especial los huesos de pollo, un niño que disfruta estar con mucha gente y que lo apapachen.
Ese es mi hijo, el que nos cambio la vida, que cada día crece y nos sorprende.
Ese es mi hijo, el que nos cambio la vida, que cada día crece y nos sorprende.
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